viernes, 16 de abril de 2010

Nordés

Esta tarde en Seixo Branco soplaba un fuerte viento del Nordés, que por momentos casi me levantaba de la roca en la que estaba sentado, pero a cambio me dejó ver cosas no habituales por estos lares.

Este intenso viento tal vez sea el responsable de la caída de collalbas grises estos días por la costa gallega. Solo en el tramo de Seixo Branco había hoy 5-7 ejemplares mínimo, entre ellos un impresionante macho nupcial al que por desgracia no pude fotografiar. Es el mayor número de collalbas que he visto juntas en Oleiros (ni siquiera durante el paso postnupcial, más intenso en esta especie, llegué a ver más de dos juntas)

También el nordés es el culpable del moderado paso de mascatos Morus bassanus visible desde el mismo lugar. Esta costa está resguardada dentro del Golfo Ártabro, por lo que no es un buen sitio para ver el paso migratorio, pero no es raro ver mascatos (y alguna pardela) de vez en cuando, especialmente con ocasión de temporales o vientos fuertes.

Pero hoy el viento en contra provocó que pasasen muy cerca de la costa por este punto, más cerca de lo que los vi nunca, hasta 14 bichos (13 adultos y solo 1 inmaduro) en los apenas 20 minutos que me fijé en ellos. El resto de la hora y media que estuve allí el flujo era similar, unos 40-50 ind/hora.

Pasaban hacia el Este muy cerca del Seixo Branco y se internaban en la ría de Ares hasta la altura de la isla de A Marola, para luego girar hacia el Norte y continuar viaje.

También era constante el flujo de charranes patinegros, en este caso hacia el Oeste.

martes, 13 de abril de 2010

Nidificación de ánade real en acantilados

En varias entradas de este blog, así como en Galiciaves, he venido hablando de la población de ánades reales que nidifica en la costa de Dexo, en un hábitat conformado por acantilados y matorral costero y bastante alejado del agua dulce.

Hace dos años vi un ejemplar varias veces en pleno acantilado, inmerso en una colonia de aves marinas. Del año pasado conozco un nido localizado por cazadores en las cercanías del faro de Mera, y este año es habitual ver patos volando sobre los tojos o incluso nadando en pequeñas charcas de marea entre las rocas.

Pues bien, este domingo 11 de abril en Montemeán me encontré con esto:

Esta fotografía forma parte del final de la historia, cuando ya estaba cerca de ellos. Antes, los localicé gracias a unos pescadores que a unos 50 m de mi se habían parado en medio de un sendero para mirar fijamente algo delante de ellos. A los pocos segundos vi a una hembra con 9 pollos de pocos días de edad, que seguían disciplinadamente a su madre para alejarse de los pescadores. Llegó un momento en el que la situación era la siguiente:

Y un segundo después...

Si pinchais sobre cada una de las fotos podreis verlas un poco mejor. Al final, todos sanos y salvos...

En la siguiente foto podeis ver el hábitat en el que esta hembra está sacando adelante a su pollada. No hay ningún curso de agua dulce ni nada parecido en la zona, más que una minúscula charca de lluvia sobre una roca y una pequeña zona de herbazal, de apenas 5 cm de profundidad y un par de metros cuadrados (que ahora probablemente ya esté seca)

No es raro ver salir patos de la laguna de Mera en dirección al mar. Probablemente estas parejas que nidifican en la zona formen parte de la población habitual de esta laguna, y que por alguna razón prefieran nidificar aquí. Lo cierto es que la población estival en Mera es de apenas 20 ánades reales, y si bien en el regato y ripisilva aguas arriba tienen un buen lugar para encontrar refugio y reproducirse, lo cierto es que las riberas de la laguna no presentan unas condiciones óptimas para ello.

Por otro lado, desde que hace un par de años los cisnes han empezado a reproducirse, es habitual por estas fechas ver al macho en actitud agresiva e intentando expulsar a los gansos de la laguna. ¿Hará lo mismo con los patos?¿Tendrá algo que ver con que éstos decidan abandonar la laguna para reproducirse en otro ambiente teóricamente subóptimo para ellos?

domingo, 11 de abril de 2010

Primavera

Este fin de semana la primavera se ha manifestado en toda su plenitud. Y me ha reportado unas jornadas de pajareo por la costa norte de Oleiros muy satisfactorias, en las que he disfrutado muchísimo y he visto un montón de cosas de las que espero ir hablándoos las próximas semanas.

Los hábitats costeros empiezan a estar en su apogeo, con la floración de las herbas de namorar Armeria maritima/pubigera, Silene uniflora, carrasquillas Lithodora postrata, tojos Ulex europaeus, vulnerarias Anthyllis vulneraria, quitamerendas Merendera pyrenayca y aberiotas Romulea clusiana.

Y como la primavera la sangre altera, y no solo a las plantas, los verdecillos se vuelven locos a cantar, unos pardillos cogen hierbecitas y otros se dedican a sus cosas a la vista de todos, las golondrinas recorren a baja altura los tojales costeros en busca de insectos, y las alondras (que siempre me alegra verlas por aquí por que no sé hasta cuando podremos...) se dedican a cantar y a dejarme ciego mientras intento localizarlas en el cielo... harán a propósito lo de colocarse justo entre el observador y el sol???

También son ya habituales los vencejos reales, aunque de momento los he visto en escaso número: dos.


Las currucas rabilargas también cantan sin parar. Además vi un ejemplar de curruca cabecinegra, especie en expansión pero que no parece que esté desplazando de momento a la rabilarga por aquí (como si se ha documentado en otras zonas). Ocupan hábitats diferenciados: la rabilarga ocupa los matorrales aerohalinos costeros, mientras que la cabecinegra siempre la veo en toxeiras más interiores y altas, generalmente en terrenos agrícolas abandonados y linderos de bosques.

En los acantilados, los machotes de colirrojo se dedican a perseguirse incansablemente. Mientras estos se daban caña sin parar en apenas 20 metros cuadrados, una hembra esperaba tranquilamente en una roca mirando el espectáculo.

No sé por que cuelgo esta foto... pero me mola.

Cerca de allí, el trasiego de las patiamarillas no cesa, transportando incansablemente material para construir sus nidos. No están tan sincronizados los cormoranes: mientras algunos ya tienen a sus pollos creciditos, otros todavía imitan a las gaviotas construyendo sus nidos, increíblemente tarde.

Respecto a los cormoranes, he observado un comportamiento interesante, un "adolescente" de segundo año realizando el display de cortejo.

También me parece interesante la presencia todavía de dos cormoranes grandes inmaduros en el reposadero habitual, que dentro de poco estará ocupado por una guardería de moñudos. Se quedarán aquí a pasar el verano?

Los que permanecen impasibles, aunque a buen seguro también estarán iniciando tareas reproductivas, son los cuervos. Este y su acompañante estaban hoy en el faro de Santa Cristina, no sé si serán de los habituales de la costa de Dexo o unos ejemplares distintos.

Por último, otra de las características primaverales es el paso prenupcial de las migrantes: a él se debe la presencia en el día de hoy de un mínimo de dos collalbas en Montemeán.


Puede que me haya quedado una entrada un poco costumbrista... pero bueno, son estas pequeñas cosillas (ver un pardillo construyendo su nido, por ejemplo) las que nos alegran el día la mitad de las veces que salimos al campo, no? al menos, a mi sí :)

domingo, 4 de abril de 2010

Llegaron los vencejos reales

Comenzaba estos días libres con muchas ganas sobre todo de descansar, pero también de pajarear, con algunos planes entre manos que desgraciadamente el "mal" tiempo me ha echado abajo.

De todos modos, la semana empezó bien, con el provechoso Taller Internacional sobre ecología del Cormorán moñudo en el sur de Europa, que tuvo lugar el pasado fin de semana en Baiona, y en el que saqué en claro muchas cosas de interés sobre esta especie que tan mal lo está pasando en sus principales colonias del sur de Galicia pero que por contra presenta una excelente salud en su bastión ártabro. Creo personalmente que es hora de poner en valor lo que está pasando con la especie en Oleiros, tratar de conocerla mejor y establecer puntos de comparación que permitan saber, por ejemplo, qué diferencias hay en las condiciones (ambientales, específicas, etc) de unos sitios con respecto a otros que permitan explicar unas tendencias tan distintas. Ideas yo y seguro que otra gente tenemos muchas, pero...

Islas Cíes entre la niebla, desde Baiona... seguro que ahí no hay una estación Dharma?

Cambiando de tercio y entrando en el ajo, durante mi estancia en Baiona pude aprovechar para ver el primer vencejo real Apus melba del año, concretamente el sábado 27. Menos de una semana despues, estaba en Seixo Branco viendo a través de mis prismáticos los dos primeros que aparecen por Mera. El año pasado aparecieron por aquí el día 4 de abril, y este año el día 1.

Esa fue la noticia buena del día. La mala fue que un rato antes me había encontrado con este pobre cárabo atropellado en Montrove-Oleiros:

También fue una buena noticia comprobar que sigue habiendo al menos un territorio de alondra en Seixo Branco, con al menos un excitadísimo macho cantor. Cerca de allí aún seguía alguna de las últimas bisbitas pratenses y un par de cuervos ejerciendo de guías turísticos (por cierto, esas señales indicadoras de dos metros y pico donde la vegetación no alcanza más de medio metro de altura me siguen pareciendo horribles y bastante mal pensados...)

Además de los cuervos, también andan emparejadas por la zona dos de las sospechosas chovas piquirrojas que desde hace un par de años nos tienen a todos con las plumas erizadas:

Hemos comentado estos días en Galiciaves lo sorprendente de la presencia de azulones nidificando en hábitats estrictamente costeros, lejos del agua dulce. Aquí lo hacen en las zonas de matorral costero o incluso en los acantilados, donde he podido verlos en ocasiones nadando en charcas de marea.

Todo esto la mañana del día uno. Por la tarde me di un paseo mal calculado por la ría do Burgo. Mal calculado por que la marea estaba altísima y había poco que rascar. Visto lo visto, me dediqué más a conversar agradablemente con Roberto Bao, al que me encontré allí, que a pajarear. Entre charla y charla apenas pude intuír que los números de limícolas van bajando y que sigue habiendo una espátula. Y como más destacado, la presencia de un primer invierno de Larus minutus que Roberto había localizado un rato antes y que pudimos ver camuflada en un grupo de reidoras.

Entre un sitio (Seixo Branco) y otro (O Burgo), me crucé con esta impresionante hembra de gavilán, que gozada...