martes, 22 de mayo de 2012

Infanticidio en cormorán moñudo

La temporada de cría de los cormoranes moñudos ya está en su fase final. Tras unos dos meses desde su nacimiento, los pollos de este año ya han abandonado el nido o lo están haciendo estos días.

Sin embargo, tal vez este año el número de pollos que lo consigan sea menor de lo habitual: las condiciones meteorológicas tienen una gran incidencia en la reproducción de ésta especie (info por ejemplo aquí y aquí), y los continuos temporales y borrascas de este abril sin duda los habrán afectado.
Foto 1. Nido de cormorán moñudo, con pollo aparentemente 
muerto fuera de la plataforma

Por eso en estas fechas ya tardías se están viendo nuevas cópulas y puestas de parejas que lo intentan por segunda vez. Y tal vez a eso se deba también lo que pude presenciar el pasado sábado 14 en una de las colonias de esta especie en el Golfo Ártabro: un caso de intento de infanticidio en el que un adulto, posiblemente no reproductor o con fracaso en la cría de éste año, atacó y expulsó del nido a un pollo ajeno, probablemente con la intención de ocupar esa plataforma.

No he podido encontrar otros casos documentados de infanticidio en esta especie. Si que lo está en el caso del cormorán grande, como podeis ver en el artículo anterior y en una didáctica entrada en el blog de David Álvarez, Naturaleza Cantábrica.

A continuación las fotos de la observación, sacadas a distancia y que os enseño muy recortadas y bastante borrosas. Recordad que pinchando en ellas podreis verlas con más detalle. Como se ve en la primera imagen, en un primer momento me dio la sensación de que el pollo estaba muerto sobre la roca.  Sin embargo, al poco tiempo uno de los dos adultos que estaba en el nido (probablemente macho) empezó a atacarlo con fuertes picotazos y "mordiscos" en el cuello:




Fotos 2, 3 y 4. Uno de los adultos ataca al pollo


Como veis en las fotos anteriores, el segundo adulto (hembra si no me equivoco) permanece más o menos al margen del ataque, aunque bastante excitada. 

Finalmente, fruto de los ataques el pollo cae hacia la parte trasera del nido, donde sigue recibiendo picotazos. En la foto 6 se puede ver su ala estirada contra la pared manchada, a la izquierda de los adultos.



Fotos 5 y 6

Después de hacer "desaparecer" al pollo, el macho comenzó a "regalarle" a la hembra palos del nido, al estilo de una ceremonia de cortejo:


Foto 7. El macho le entrega pequeños palos a la hembra


Pasado un rato aparté la vista del nido un par de minutos, lo cual me impidió ver la llegada de un tercer individuo que inmediatamente atacó y expulsó al macho agresor, como podeis ver en las siguientes fotos:





Fotos 8 a 12. El macho probablemente "propietario" del nido expulsa al agresor.


Como podeis ver en la foto 12, los dos cormoranes salieron volando y enzarzados en su pelea. La sorpresa final fue la aparición nuevamente del pollo, que tuvo la suerte de no caer por el cantil y conseguir volver a subir al nido. En esta ocasión la hembra lo atendió y se dedicó a acicalarle el plumaje.



Fotos 13 y 14. El pollo consigue regresar al nido.


Como veis, se reproduce casi punto por punto lo observado por Inoue et al. para el caso del cormorán grande. En este caso, me plantea dudas la actuación de la hembra, que en primer lugar permite el ataque al pollo por parte del supuesto agresor para en cambio luego aceptar igual de bien la llegada del segundo macho, supuestamente su pareja, y la vuelta final del pollo.

Ojalá que éste pequeño tenga la misma suerte para sortear los "ataques" de redes, anzuelos, hidrocarburos y demás amenazas...

sábado, 12 de mayo de 2012

Escribano nival en Seixo Branco

Esta tarde, 12 de mayo, nordestazo y 25º, me he encontrado en Seixo Branco con un espectacular macho de escribano nival.



Se trata posiblemente de la cita más tardía de esta especie en Galicia, al menos de las que yo he encontrado (si alguien conoce citas similares, se agradecen comentarios) 


El ave presentaba un espectacular plumaje estival ya casi completo, como podeis ver en las cutrefotos testimoniales. El observarlo en dos lugares distintos me hizo pensar en la posibilidad de que se tratase de dos ejemplares, aunque todo parece indicar que en ambos casos se trataba del mismo pájaro.